7/2/12

EL ESTILO DE WINGS GROUP

En los tiempo que corren, en los que la imagen y el aspecto físico nos obligan (especialmente a las mujeres) a esclavizarnos (de dietas, ejercicio físico…) queremos reclamar algo que quizás, nos dejamos por el camino, mientras intentamos que nuestros cuerpos luzcan perfectos, la FEMINIDAD.
Quizás tengamos que volver la vista a los maravillosos años 50 (almenos en cuanto a moda se refiere) para ver mujeres reales, con curvas lucidas con elegancia y vestidas para ser lo que son, sin tener que demostrar nada más que eso.
Diseñadores como Cristóbal  Balenciaga o Coco Chanel buscaban con sus creaciones vestir a una mujer sensual huyendo de la provocación, pues por todos es sabido que menos es más. Quizás si ambos levantaran cabeza, se sorprenderían de que hoy día las que abogan por la moda,  aseguran conocerla y es más, seguirla, no se visten para sí mismas sino para los demás. Cometiendo el gran error de no adaptar la moda a su físico, sino su físico a la moda.
A lo largo de la historia, las mujeres hemos ido evolucionando y hemos adaptando la moda del momento a nuestras necesidades. Pese a ello, siempre encontraremos una nota común en ella: el hacer a la mujer, mujer.

Contrariamente, hoy día, hemos pasado del  anteriormente citado “menos es más” al “cuanto más mejor”. Queremos enseñar y marcar porque queremos que nos miren, cuando en el fondo no nos gusta que nos miren de esa manera. Una contradicción.
Históricamente existe un porque claro en la evolución de la vestimenta femenina. Si en la Belle Epoque (1870-1914), los fines son puramente estéticos por encima incluso de la propia comodidad y salud física de las mujeres, en el periodo de entreguerras  nos encontramos con mujeres que trabajan y que se atreven, aunque en principio sea más por comodidad que por estética, a subir sus faldas hasta la rodilla. Contrariamente, entorno a los años 30, la magnífica Coco Chanel, introduce en el guadarropa femenino una nueva prenda, reflejo de los cambios de la mujer y de su posición social, el pantalón.
 En los años 50  nos encontramos con una mujer femenina, extravagante y muy elegante. Tras el conocido periodo de “entre guerras”, la mujer da un paso atrás en lo que a su liberación (iniciada en los años 20) se refiere, pierde su rol laboral y político para centrase en sus quehaceres del hogar. Es por ello, que dedica más tiempo a cuidar su apariencia y a destacar su silueta, reaparece de nuevo el corsé desaparecido en las primeras décadas del siglo XX.
Los años 60 y 70 suponen un gran cambio y/o evolución. Las mujeres, modernas e independientes muestran su nueva actitud a través de su imagen. Lo artificial de los años 50 queda de lado, para dar paso a los cortes de pelo estilo “champiñón”, las minifaldas, y el estilo infantil a modo de seducción.
Así, llegamos hasta hoy día, en el que las mujeres hemos querido olvidar todo lo recorrido, y convertirnos en esclavas de la moda y de la imagen, a sabiendas que muchas de nosotras no somos el reflejo de nuestra imagen, sino que, en la mayoría de ocasiones, nos escondemos tras ella.
Es por ello que queremos abogar por nuestra feminidad, en todo su esplendor. Como predica el eslogan de una conocida marca de productos femeninos, somos mujeres y somos reales. Mostrémonos como tales, sintámonos orgullosas de nuestro cuerpo, bello por naturaleza propia, y lo más importante, dejemos atrás manías, complejos, y muchos tópicos, que no nos permiten ser nosotras mismas.
La moda siempre ha estado de nuestro lado para embellecernos no para esclavizarnos y hacernos aparentar quienes no somos.

                                                                                              Texto: Àngela  Suau y Àngeles Castro
                                                                                            WINGS GROUP
              Imágenes: Veca&Mugo, wwwloscarteles.es

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